Del talento retenido al talento liberado: lo que separa a las empresas que sobreviven de las que trascienden

Desde hace años, las empresas se han enfocado en retener talento.

Planes de carrera, bonos, flexibilidad, ambientes agradables…

Se han hecho esfuerzos sinceros.

Pero en muchos casos, la pregunta de fondo sigue sin resolverse:

 

¿Qué significa realmente que alguien se quede?

 

Porque el hecho de que una persona no se vaya… no garantiza que esté conectada. No significa que esté evolucionando. Y mucho menos, que esté liberando todo lo que es capaz de aportar.

 

Ahí comienza la diferencia entre retención… y liberación de talento.

 

El talento retenido puede estar… pero sin presencia

 

Está en la junta, en la llamada, en la oficina o en la videollamada. Pero en realidad, no está. Opera en automático. Entrega lo necesario. Cumple, pero ya no crea, ya no se emociona, ya no cuestiona.

 

A veces se fue… aunque su firma siga activa en el correo.

 

No fue por el sueldo, ni por la carga de trabajo: Fue por algo más silencioso:

“Aquí ya no puedo ser más de lo que ya soy.”

 

Liberar es confiar. Es acompañar. Es activar.

 

Una cultura que libera talento no se enfoca en retener. Se enfoca en permitir… permitir que las personas piensen distinto, que aporten desde su autenticidad, que se equivoquen y aprendan, que lideren desde cualquier lugar.

 

Porque cuando alguien siente que puede ser, no necesita que lo retengan.

Elige quedarse. Porque ahí crece. Porque ahí vuela.

 

Lo que no se activa… se apaga

 

No perdemos talento porque alguien se va.

Lo perdemos cuando dejamos de ver lo que esa persona realmente puede ser.

Cuando le pedimos que se ajuste al rol… pero no le preguntamos qué más quiere aportar. Cuando le exigimos compromiso… sin ofrecer propósito.

 

En Fondo y Forma vemos ese momento con claridad:

Cuando una persona se conecta de nuevo consigo misma, con lo que sabe, con lo que quiere. Y desde ahí… empieza a liderar. No porque le tocó, sino porque se lo cree, porque se lo permitieron.

 

Liberar talento es una decisión cultural

 

No se trata de políticas ni de beneficios. Se trata de una nueva conversación, una donde el liderazgo ya no se mide solo por indicadores… sino por cuántas personas florecen a su alrededor.

 

Diseñamos experiencias que no solo enseñan. Revelan… Dinámicas que permiten que el verdadero yo emerja. Clínicas lúdicas que confrontan, conectan y despiertan capacidades dormidas u opacadas.

 

Porque cuando una persona vive esa experiencia, ya no vuelve a operar igual.

Y cuando eso le pasa a un equipo completo… la cultura cambia.

 

¿Tu cultura encierra… o libera?

 

La pregunta no es cómo evitar que se vayan.

La pregunta real es: ¿qué tan libres se sienten para crecer aquí?, ¿para proponer?, ¿para fallar?, ¿para transformar?

 

En Fondo y Forma creemos que el talento no se gestiona, se activa, se acompaña, se libera.

 

Y cuando eso sucede, nadie se quiere ir. porque quedarse es crecer.

 

¡Conversemos!

Porque retener es del pasado.

Hoy, lo que importa… es liberar.

Etiquetas: Sin etiquetas

Añadir un comentario

No se publicará tu dirección de correo electrónico. Los campos obligatorios están marcados con *