El “verdadero yo” en la cultura organizacional

Cada persona en tu organización tiene dos versiones de sí misma.

Cuando el verdadero yo se esconde… la cultura se detiene

Todos tenemos dos versiones:

  1. La versión que opera en automático, cumple expectativas, calla, acepta y/o dice lo correcto.
  2. Y la versión que siente, sueña, cuestiona, propone: El verdadero yo.

 

En muchas organizaciones, ese yo auténtico no tiene espacio. No porque no exista, sino porque la cultura —consciente o no— lo reprime. Y eso tiene un costo: Se apaga la creatividad, se estanca la innovación, se enfría el compromiso.

 

La cultura puede moldear o liberar

Hay culturas que premian el silencio y que recompensan la obediencia.

Que hacen sentir peligroso decir “no sé”, “esto no me hace sentido” o “tengo una idea distinta”.

 

Y entonces las personas se protegen. Actúan. Se adaptan… pero se desconectan.

 

Y una cultura donde nadie es auténtico… no evoluciona. Solo sobrevive.

Cuando alguien puede ser quien es, empieza a dar lo mejor de sí

 

La autenticidad no es solo un valor emocional, es una estrategia profunda, porque:

  • Las personas genuinas construyen confianza.
  • Las ideas auténticas abren caminos nuevos.
  • Los líderes reales inspiran sin necesidad de imponer.

 

En Fondo y Forma lo hemos comprobado:

Cuando se activa el verdadero yo, se activan también los Power Skills que mueven a las organizaciones hacia adelante.

 

Diseñamos experiencias donde:

  • Las personas actíuan como realmente son, se quitan la máscara sin miedo.
  • El talento oculto emerge con naturalidad.
  • La cultura se transforma no por decreto… sino por decisión compartida.

 

¿Qué tan libre es tu equipo para ser real?

La evolución cultural no se logra entrenando nuevas conductas.

Se logra permitiendo nuevas formas de ser.

 

En Fondo y Forma ayudamos a crear culturas donde la autenticidad no se castiga, se multiplica. Donde ser uno mismo no es un riesgo, es un activo. Donde el liderazgo empieza dentro, no desde el cargo.

 

Conversemos.

Porque cuando alguien se atreve a ser quien es… todo cambia.

Etiquetas: Sin etiquetas

Añadir un comentario

No se publicará tu dirección de correo electrónico. Los campos obligatorios están marcados con *